Crisis escolar y nueva
educación
¿Es posible
una escuela que no etiquete ni estigmatice?
La escuela como institución que se encuentra atravesando una de las crisis más profundas de su historia. Prestigiosos críticos, filósofos y pedagogos hablan de la necesidad urgente de dar con alternativas a las formas tradicionales de enseñanza, que a su entender están atascadas y sólo son capaces de juzgar a los alumnos por su capacidad para retener y repetir los conocimientos, estigmatizando y etiquetándolos bajo la consigna de que “si el niño no encaja en la escuela, el problema es el niño”. Frente a este panorama, muchos son los impulsos renovadores que, lejos de segregar a los niños con dificultades para el aprendizaje, abren nuevas fronteras en sus propias capacidades pedagógicas para adaptarse en función de los niños, sus particularidades y necesidades.
El profesor y filósofo francés Robert
Redeker asegura que “no es tanto la sociedad lo que está en crisis, sino la
vida. Una crisis de la vida humana, una crisis del hombre. No vida social, no vida
biológica, sino vida humana. Dicho de otra manera: es el hombre, en la
humanidad de su vida, lo que está en cuestión, en la triple crisis, crisis de
la enseñanza, crisis de la escuela, crisis de la educación. Es porque ya no
sabemos qué es un hombre, qué es la vida humana, por lo que ya no sabemos qué
es la escuela, qué es la educación”.
Es precisamente en el marco de esta crisis humana, donde se debaten los
conflictos de un sistema educativo acusado de no representar las verdaderas
necesidades humanas, el desarrollo integral del ser y de promover la
marginación de millones de niños que no logran adaptarse a un sistema que no
los contempla y quedan expuestos a la estigmatización y la exclusión
social.
Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), Trastorno
Negativista Desafiante (TND), Trastorno Disocial (TD), Trastorno Antisocial de
la Personalidad (TAP), Trastorno Afectivo Bipolar (TAB)… muchas de estas
etiquetas, cuestionadas y resistidas por especialistas y psicólogos de todo el
mundo, comienzan a rotular la experiencia de la infancia en el corazón del
sistema educativo, donde la mayoría de los docentes ya no sabe cómo lidiar con
la efervescencia, la demanda y la falta de entusiasmo y concentración de los
niños ante un formato al que ya no pueden adaptarse y no terminan de
comprender, y donde el lema imperante es “si el niño no encaja en la escuela,
el problema es el niño”.
Tironeada entre expectativas y objetivos que no se pueden alcanzar, sin un
apoyo contundente del Estado y frente a una realidad social colmada de
urgencias, la escuela se encuentra atrapada entre diferentes luchas
ideológicas, epistemológicas, de modelo y las distintas miradas que no logran
concretar el cambio profundo que tanto docentes como alumnos están necesitando desde
hace décadas.
“En muchos países industrializados estamos atascados en las formas
tradicionales de enseñanza, en las que sólo se juzga a los alumnos por su
capacidad para retener y repetir los conocimientos”, afirma el experto
británico Richard Gerver, uno de los principales referentes mundiales de la
nueva educación, quien además sostiene la importancia de devolver la pasión por
la enseñanza a los profesores y en fomentar el placer del aprendizaje a los
alumnos. “El actual sistema se diseñó hace 150 años. Apenas ha cambiado,
mientras que la sociedad lo ha hecho y mucho. Todos deben aprender lo mismo y
obtener los mismos resultados en la misma velocidad y forma. Los seres humanos
somos complejos. La responsabilidad moral de un educador es descubrir los intereses
y capacidades de cada niño. Obligamos a que todos sean iguales. Impedimos que
cada uno florezca según sus posibilidades”.
El nivel de insatisfacción y enojo que predomina en todos los actores del
sistema educativo ha alcanzado niveles verdaderamente elevados y esto quizá
tenga que ver con la observación de Gerver, ya que las escuelas de hoy se
organizan en torno a las ideas de ayer, las necesidades de ayer y los recursos
de ayer. El viejo esquema donde encontramos a un profesor o una maestra de pie,
delante de una treintena de niños con distintas potencialidades y necesidades,
tratando de conseguir la atención de cada uno de manera pasiva e inmóvil. Esta
postal de la escuela va en contra de todo lo que los científicos han
descubierto acerca de los niños y los mecanismos naturales de aprendizaje, que
son principalmente la experimentación, la vivencia y la reflexión, en otras
palabras: aprender haciendo. ¿Por qué seguir entonces construyendo sobre estos
cimientos incapaces de contener la estructura viva, dinámica, que tendría que
ser la escuela?
Ante esta impotencia o esta incapacidad para transformarse, el sistema
educativo se cierra sobre sí mismo y se desentiende de las reales necesidades
de los niños y los adolescentes a través de una “psicopatologización de las
conductas y de los comportamientos”. Alertados por este fenómeno, docentes
españoles pertenecientes a la red de profesores IRES (Investigación y
Renovación Escolar), redactaron el manifiesto titulado “No es verdad”, donde
compartieron uno de los análisis más duros y agudos sobre el sistema educativo
convencional y los desafíos de cara a un futuro de renovación. “La escuela
tradicional es uno de los ámbitos más importantes de aprendizaje de las pautas
de sumisión. En ella se aprende a actuar bajo el principio de la obediencia
ciega y del miedo al poder. Se abandonan los lenguajes y los significados
propios de la edad, de la cultura de clase y del espacio al que se pertenece.
Se aprende a infravalorar el saber y el interés propio, a mutilar la curiosidad
innata y a abandonar las iniciativas personales y colectivas. Se aprende, por
último, a considerar que el conocimiento es un producto externo a nosotros
mismos y no el resultado del esfuerzo y la producción individual y colectiva”,
expresó en una columna Rafael Porlán, coordinador de la campaña de
difusión del Manifiesto*.
“Los niños, niñas y jóvenes de hoy, y los de antes, son el producto de la
sociedad en la que viven. Juzgarlos negativamente como colectivo es un
ejercicio simplista y una forma de ocultar la responsabilidad de la sociedad
adulta. La incitación permanente al consumo, la diseminación continua de la
cultura del éxito, del triunfo y de la superficialidad, la conversión de los
niños, niñas y adolescentes en objetivos permanentes del mercado y la forma de
vida acelerada y estresante propia de los adultos con los que viven son, entre
otras, realidades que influyen poderosamente en su desarrollo”, afirma el
manifiesto.
Para los docentes e investigadores de la red IRES, con la estigmatización de
las conductas de muchos niños la sociedad manifiesta una actitud hipócrita: se
ve reflejada en el espejo de estos niños y jóvenes y, como no le gusta lo que
ve, en vez de analizar las causas, arremete contra la imagen que se proyecta en
ellos. El manifiesto señala además que el desinterés que muchos alumnos sienten
frente a los contendidos pedagógicos o el modo en que son comunicados no
obedece a sus limitaciones o problemas frente al aprendizaje sino que son una
consecuencia de la incapacidad del sistema para actualizarse. En este sentido,
los investigadores advierten que el fracaso escolar no sólo se manifestaría en
los alumnos más expuestos, es decir los que desertan por diversas causas, sino
también en aquellos que aprueban sin haber conseguido un aprendizaje duradero y
de calidad.
“No es verdad” concluye que no es posible que un cambio positivo se geste de la
mano del modelo tradicional, a su entender responsable del fracaso actual. “El
cambio ha de venir de la recuperación y actualización de aquellas ideas y
experiencias que han demostrado su capacidad transformadora”.
Con semejante diagnóstico, distintos especialistas en todo el mundo han volcado
sus expectativas en los diferentes métodos pedagógicos alternativos que desde
comienzos del siglo XX se vienen desarrollando con muy buenos resultados.
Elegidos cada vez más por los padres y contando con un lento pero creciente
respaldo y reconocimiento por parte del Estado, los nuevos sistemas como la
Pedagogía de la Diversidad, la Educación Emocional, el Método Montessori, las
Pedagogías 3000, Etievan y Waldorf, la Escuela Logosófica, la Educación
Popular, las Escuelas Libres y las iniciativas de Homeschooling integran a los
niños que fueron expulsados o etiquetados por el sistema escolar convencional,
dándole la bienvenida a sus particularidades, desafíos y potencialidades como
parte esencial del proceso de mutuo enriquecimiento entre pedagogos y alumnos,
en un marco donde cada niño es especial, más allá de sus características
biológicas, motoras, sensoriales o cognitivas y percibiendo sus diferencias no
desde la perspectiva del error sino como un disparador para transitar el camino
del aprendizaje desde un estímulo y acompañamiento individualizados.
En estas apuestas conviven el pensamiento y las experiencias de grandes
pedagogos e investigadores como Paulo Freire, Humberto Maturana, Celestin
Freinet, María Montessori, Rudolf Steiner, Rosa Sensat, Piaget, Vygotsky y
Hermenegildo Giner de los Ríos, entre otros muchos.
A continuación veremos un panorama introductorio a estos métodos y luego
profundizaremos en algunas de las más destacadas apuestas por una ecuación
libre e integral.
La educación prohibida
Latinoamérica ha sabido darle al mundo grandes renovadores y pensadores sobre
los procesos pedagógicos vitales, transformadores. Muchas de estas experiencias
integrales y verdaderamente inclusivas han quedado retratadas en el film
audiovisual argentino “La educación prohibida”, un documental del realizador
Germán Doin Campos que se estrenará este año y que expone los cuestionamientos
hacia el sistema tradicional, como también los enfoques de las nuevas prácticas
pedagógicas nacidas en nuestro continente y del mundo entero.
El equipo del documental, al igual que Robert Redeker, sostiene que la escuela
es el espejo de la sociedad. “La educación tiene objetivos maravillosos, pero
lo que sucede en las aulas no coincide con lo que se espera de los alumnos.
Esta incongruencia se puede ver en su estructura rígida, en la imposición de
ideas, en la competencia feroz, en la falta de vínculos emocionales, en el poco
respeto hacia los niños, en los conocimientos absolutos, en la falta de
experiencias vivenciales, en la necesidad de cumplir plazos”.
“La Educación Prohibida”, a través de una investigación consciente sobre
metodologías, teorías, enfoques pedagógicos e instituciones educativas, se
embarca en este viaje al descubrimiento de las ideas que conforman a una nueva
educación consciente, en la búsqueda del pleno desarrollo de las facultades
humanas y de un mundo mejor.
El disparador inicial de este documental es la propia experiencia escolar del
director. “Lo primero que recuerdo en mi paso por el sistema educativo, los
problemas que todos hemos tenido. Si bien no era de los alumnos que ‘fallaban’,
al contrario, pero así y todo yo veía, porque convivimos en una comunidad, que
muchos de mis compañeros tenían muchísimas habilidades en áreas que no eran
valoradas. Yo tenía justo la capacidad de poder entender lo que me estaban
pidiendo y darlo rápidamente pero no todos tenían esa capacidad y veía que las
otras distintas capacidades que yo no tenía pero que los otros muchachos sí, no
eran ni siquiera consideradas. Después comencé a ver la cantidad de cosas que
aprendíamos y que en definitiva no terminaban siendo demasiado útiles y que
aquellas que sí podían resultar útiles eran adquiridas de manera estricta y
memorística, a tal punto que también se perdían. En definitiva, había un
problema muy grande entre lo que la escuela quería que aprendamos nosotros y lo
que nosotros queríamos aprender. Desde chico quise buscar la solución para esto
y parte de este camino fue entender que había distintas soluciones porque
existen distintos problemas y todos somos diferentes, y esto fue lo que me
llevó a crear esta película”, comentó Doin Campos a El Cisne.
El realizador asegura que fue tan fuerte la presencia durante las diferentes
entrevistas de temas como las etiquetas de TDAH y otros trastornos de conducta
y aprendizaje que podría realizar un film aparte dedicado exclusivamente al
tema; prácticamente no hubo pedagogo, investigador o especialista consultado
que no haya hecho mención a las dramáticas experiencias vividas por los niños
que sufren de estos estigmas.
“Muchas de estas escuelas alternativas o no convencionales reciben muchos niños
que en otras escuelas son considerados con capacidades especiales. Es un tema
que está todo el tiempo, presente en la mayoría de las entrevistas, ya sea en
cuanto a capacidades especiales a niveles físico, motriz o sensoriales o en
niveles cognitivos o emocionales. El sistema no está pensado para ningún niño,
sino que está pensado para adaptar a todos los niños a un formato de enseñanza,
a un ideal, un modelo. Entonces, ya partiendo desde esta idea, cualquier
persona que no acepte ser moldeada desde esta perspectiva, ya sea por sus
condiciones físicas, emocionales, intelectuales, o porque no lo desea, va a ser
excluido, discriminado, rechazado. La escuela no está pensada para que se
respete a todos los niños, y dentro de estos métodos alternativos encontramos
el común denominador del respeto por la vida y eso también implica respetar los
procesos biológicos. Al respetar la vida en su diversidad no estamos pensando
en qué queremos que este niño sea, sino en ver quién es este niño y cómo lo
podemos ayudar para que pueda llegar a donde quiera, cómo podemos acompañarlo y
cuidar su espacio para que pueda desarrollarse sin la necesidad de sentirse
obligado a aprender de determinada manera o forzado para hacer o no hacer
determinada cosa”, asegura el director.
Para Germán Doin Campos, uno de los aspectos a destacar de los métodos y
escuelas alternativas que participan del documental es el hecho de que en ellas
no hay comparación entre los niños, y la filosofía en torno a las diferencias
es positiva: somos iguales porque somos igualmente importantes desde nuestras
diferencias.
Este cambio de perspectiva desdramatiza y relativiza las etiquetas o la
psicopatologización de las conductas y comportamientos. “Si nos guiamos por las
descripciones de etiquetas como la hiperactividad, son en realidad las
descripciones de un niño que está con muchísimas ganas de aprender. Si leemos
el análisis realizado por María Montessori, donde describe las vivencias de los
niños a la edad de cinco o seis años, estaría describiendo a un niño
hiperactivo. ¿Hasta qué punto eso que llamamos enfermedad, síndrome o desorden
no es la naturaleza misma de un niño que busca expresarse?”.
“Una de las personas que entrevistamos ejemplificó la situación con un cuento
de Borges donde un cartógrafo es impulsado por la obsesión de hacer un mapa
perfecto, y tan detallado que al concretarlo termina tapando el territorio que
pretendía describir. Esto mismo sería aplicable a la escuela donde la verdadera
educación fue tapada por el ideal, entonces cuando algo del territorio invade
el mapa, porque es natural, porque no se lo puede interrumpir, lo consideramos
un problema, una enfermedad, una traba. Y creo que lo peor de todo es que
tratamos de moldearlos para que se adapten a ese mapa que ni siquiera sabemos a
dónde conduce porque ya es muy viejo”, ilustra Doin Campos.
En búsqueda de una pedagogía integral y
humana
El proceso que fue gestando las nuevas
pedagogías comenzó a finales del siglo XIX de la mano de distintas corrientes
innovadoras que fueron el germen de los grandes cambios iniciados a comienzos
del siglo siguiente. Además de oponerse a las estructuras tradicionales, estas
nuevas pedagogías integrales entienden el aprendizaje desde la acción, desde el
autodescubrimiento y el humanismo, incluyendo la diversidad, sin desplazar a
los alumnos que por determinadas características o dificultades para adaptarse
al ideal esperado son derivados a escuelas de integración o especiales.
En las aulas de la nueva escuela encontraremos entonces heterogeneidad y
diversidad, compartiendo una experiencia humana comunitaria, la unión de lo
individual en lo colectivo. Este proceso implica además la participación activa
y creativa de toda la comunidad: padres, docentes, alumnos que se animan a
asumir el gran desafío de a resignificar y transformar sus roles y su accionar.
Estos procesos cooperativos que invitan a una presencia plena y activa,
permiten a su vez consolidar distintos modelos donde el aprendizaje no queda
supeditado a la escuela, sino que permanece integrado y continúa a lo largo de
la vida.
Entre las principales corrientes vigentes en Latinoamérica podemos mencionar
los siguientes métodos y escuelas:
Método Montessori
Es un método pedagógico creado por la italiana María Montessori en el año
1907.
Se trata de una pedagogía que provee de entornos que favorezcan el cumplimiento
de su máximo potencial de los niños tanto a nivel espiritual, emocional, físico
e intelectual.
La práctica Montessori se mantiene siempre actualizada y dinámica, porque la
observación y la satisfacción de necesidades es continua y específica para cada
niño. Según Montessori, cuando las necesidades físicas, mentales, espirituales
y emocionales de los niños logran ser percibidas y atendidas, ellos
espontáneamente brillan de emoción y sienten deseos de jugar y trabajar con
entusiasmo, aprender y crear. A través de estas necesidades de desarrollo, el
niño desenvuelve la inteligencia, así como también las capacidades físicas y
psicológicas. El método Montessori de enseñanza está diseñado para aprovechar
al máximo el deseo infantil de aprender y su capacidad única de desarrollar sus
propias capacidades.
Este método alimenta el deseo intrínseco de cada niño para aprender. En un
ambiente Montessori, los niños aprenden mediante la exploración y manipulación
de materiales especialmente diseñados. Cada material enseña un concepto o una
habilidad a la vez, y establece una base desde la cual los alumnos pueden
comprender las ideas cada vez más abstractas. Los niños trabajan estos
materiales a su propio ritmo a través de la repetición de un ejercicio hasta
que logren dominarlo. El profesor suavemente, puede guiar el proceso, pero su
objetivo es inspirar en lugar de instruir.
Los niños con necesidades especiales, tales como trastornos del aprendizaje o
discapacidades físicas, pueden alcanzar excelentes avances desde esta
pedagogía. Los materiales de enseñanza Montessori logran involucrar todos sus
sentidos, lo que les permite “aprender haciendo”. Además, cada niño tiene la
libertad para aprender a su propio ritmo, sin la presión de cumplir con las
normas formales dentro de un esquema de tiempo predeterminado.
Existen centros de formación docente y escuelas Montessori en todos los
continentes y trabaja con programas para niños dotados y talentosos, y para los
niños con discapacidades del desarrollo de todo tipo. También existen programas
especiales para capacitar a los padres para educar a los niños en sus propios
hogares.
Escuelas libres
Inspiradas por la pedagogía y el pensamiento de Paulo Freire y las escuelas
libertarias europeas y teniendo en cuenta las investigaciones de pensadores
como Piaget, Vygotski y Bronfenbrenner, las escuelas libres son organismos
sociales donde la enseñanza va de la mano de un proceso autogestivo y
libertario donde la práctica de valores como la igualdad, la solidaridad, la
justicia, la no violencia, la ayuda mutua, y el respeto, es tan
importante como los contenidos pedagógicos, es más, dichos contenidos se
encuentran enriquecidos con dichas perspectivas humanas, ya que se trata de
acompañar el crecimiento de los niños para que el día de mañana sean adultos
autodeterminados que puedan construir un mundo más humano y justo desde sus
diferentes vocaciones.
La estructura abierta de una escuela libre se piensa para animar independencia,
el sentido crítico, y el desarrollo personal. Desde lo estrictamente
pedagógico, en las Escuelas Libres se cree que los niños y jóvenes con
dificultades en el aprendizaje están “desactivados” y que necesitan revertir
ese proceso. Para eso es necesario que el pedagogo haga un estudio
psicopedagógico para conocer cuáles son las causas que originan un mal
desempeño estudiantil y conductual para conocer en detalle las características
y particularidades de cada alumno en cuanto a nivel de motivación, intereses,
necesidades, ritmo de aprendizaje, estado de su autoestima y nivel de
frustración.
Existen diversos enfoques que abarcan la pedagogía de las Escuelas Libres, en
este sentido cada escuela es autónoma. También existen proyectos de Educación Libre
que se realizan en las casas bajo una modalidad llamada Homeschooling. Esta
dinámica está inspirada en las investigaciones del norteamericano John Holt,
quien pasó de apostar por la reforma de la estructura escolar a las prácticas
de la Escuela en Casa.
Pedagogía 3000
Nacida en París y residente en Bolivia, la antropóloga Noemí Paymal es la
creadora del reciente programa Pedagogía 3000.
De acuerdo con Paymal y según múltiples estudios, los niños nacidos a partir
del año 2000 tienen mayor percepción y sensibilidad en los ámbitos fisiológico,
afectivo, emocional, ético, conductual, cognitivo, social, psíquico y
espiritual. Por lo tanto, es necesario acompañarlos desde una pedagogía acorde
a sus capacidades.
Para Paymal la inteligencia emocional es más importante que el coeficiente
intelectual y la enseñanza debe basarse en lo visual y en el movimiento más que
en lo verbal. De acuerdo con ello lo importante es incentivar actividades
ligadas a la creatividad, la imaginación, lo artístico; proponer ejercicios que
desarrollen la intuición y el pensamiento ráfaga o flash (extremadamente
rápidos); educar en la contención, no en los límites, dando responsabilidad y
confianza.
La Pedagogía 3000 se basa en 8 pilares:
Una Educación que estudia, investiga y reconoce las nuevas características y
formas de aprender de los niños de hoy. Una Educación que considera, desarrolla
y aplica las herramientas pedagógicas bio-inteligentes o bio-lúdicas,
bio-reconectadores y bio-mórficas. Una Educación que propulse una educación IPP
(Integral, Protagonista y Productiva-activa), donde el niño se siente útil,
considerado, feliz y protagonista de su Educación. Una Educación que contribuye
activamente al bienestar de los mismos padres y profesores permitiendo que
puedan desempeñar su papel sin estrés, con bienestar, alegría y cariño. Una
Educación que considere constantemente las 13 Inteligencias Múltiples
(Lingüística, Lógico-matemática, Visual-espacial, Corporal-kinestética,
Musical, Interpersonal, Intrapersonal, Naturista, Trascendente, Intuitiva o
Energética, Emocional, Práctica y Co-Creadora), como también los 10 niveles de
desarrollo del ser humano (Físico, Emocional, Cognitivo, Ecológico,
Estético-creador, Intuitivo, Espiritual, Social, Multicultural y
Ético-solidario). Una Educación que sea incluyente respecto a todas las
metodologías y herramientas del pasado, del presente y del futuro, que atiendan
a los niños/as de manera holística y con cariño. Una Educación que sea
multicultural, honrando y aplicando herramientas pedagógicas y principios de
los pueblos originarios y de las tradiciones ancestrales. Una Educación que
apunte al Ser, “magnificado” en el Amor, la Sabiduría y la Voluntad.
Pedagogía Waldorf
Se trata de una de las prácticas alternativas más extendidas en nuestro país.
Para los alumnos Waldorf, la música, la danza y el teatro, la escritura, la
literatura, las narraciones, mitos y cuentos de hadas no son simplemente
accesorios respecto de la educación, sino que se transforman en herramientas de
aprendizaje que les permiten realizar sus propias experiencias. A través de
estas experiencias lograrán cultivar un amor de por vida hacia el aprendizaje,
así como las capacidades intelectuales, emocionales, físicas y espirituales
para desarrollarse como individuos y estar al servicio de la humanidad.
Desarrollado por Rudolf Steiner en 1919, el método de la Educación Waldorf se
basa en una comprensión profunda del desarrollo humano que responde a las
necesidades del niño en crecimiento. Los maestros Waldorf se esfuerzan por transformar
la educación en un arte integral que enseña a los niños a aprender con el
corazón, las manos y la cabeza. Cuando los niños se relacionan con lo que
aprenden desde su propia experiencia, están interesados y vivos, y lo que
aprenden se convierte en ellos mismos.
El entusiasmo y el compromiso de los maestros se ve reflejado en su interés por
los alumnos como individuos. Para ello cada maestro se confronta con las
siguientes preguntas: ¿Cómo podemos establecer, dentro de cada niño a su
propio nivel de excelencia académica? ¿Cómo suscitar entusiasmo por el
aprendizaje y el trabajo, una sana auto-conciencia, interés y preocupación por
otros seres humanos, y un respeto por el mundo? ¿Cómo podemos ayudar a los
alumnos a encontrar significado en sus vidas? Los maestros de las escuelas
Waldorf se dedican a generar un entusiasmo interno para el aprendizaje en cada
niño, para ello incluso los temas aparentemente más duros y académicos se
presentan de manera gráfica, artística y dinámica. Esto elimina la necesidad de
realizar pruebas competitivas, posicionamiento académico y las recompensas
conductistas para motivar el aprendizaje. Permite que la motivación surja desde
dentro y ayuda a generar la capacidad para el aprendizaje dinámico y alegre
durante toda la vida.
Las escuelas Waldorf tienen una larga tradición de inclusión de niños con
necesidades especiales del aprendizaje o discapacidad.
Escuelas Logosóficas
Fueron creadas en el año 1962 por el educador y humanista argentino Carlos
Bernardo González Pecotche.
Desde ese entonces, los Centros Educativos Logosóficos están abocados a brindar
una educación humanística sustentada en el cultivo consciente de valores donde
se propicia el pleno desarrollo de las aptitudes de niños y jóvenes, con miras
a la formación de un ser humano libre, capaz de integrarse con confianza y
sentido de responsabilidad a la sociedad actual y futura.
“Se aspira a que dos factores rijan las aulas Logosóficas y fortifiquen la
integración moral del alumno: el conocimiento Logosófico, que descubre
recónditos aspectos de la psicología humana, y el poder del afecto, que a la
vez que ampara la estructura mental y sensible del pequeño y del adolescente,
facilita y dulcifica el proceso de aprendizaje, inspirando el gusto por
alcanzar progresivamente un dominio cada vez mayor de los conocimientos”.
Según las especialistas Marisa Docampo y Mariana Raquel Paz, este sistema busca
favorecer la formación integral del niño, estimulándolo y orientándolo en
el de-senvolvimiento de su inteligencia y de la sensibilidad. “Para alcanzar
estos aspectos con los niños es esencial, un trabajo de estimulación y cultivo
de sus facultades intelectuales tanto como de las sensibles. El
desenvolvimiento equilibrado de la mente y de la sensibilidad, favorece a la
formación de seres más felices, que se relacionan bien consigo mismos,
con los semejantes y con el mundo en que viven. Esta pedagogía trae una
especial atención al aspecto sensible, ya que es un punto muy importante de la
configuración psicológica humana.”
La educación Logosófica tiene por objetivo propiciar el pleno desarrollo de las
aptitudes con miras a formar un ser humano libre, capaz de integrarse con
confianza y sentido de responsabilidad a la sociedad, despertando en cada
individuo el poder de crear, propiciando en acciones positivas, inteligentes y
generosas. Al dictado de los programas oficiales se le suma el cuidado por
lograr la capacitación del niño y el joven como individuos, buscando propiciar
su superación integral como seres humanos responsables, felices y
crecientemente capaces de bastarse a sí mismos y para colaborar con que otros
hagan lo mismo.
Éstas son sólo algunas de las propuestas alternativas que buscan transformar y
enriquecer la práctica educativa, en pos de un aprendizaje vivo que pueda ligarse
con todas las singularidades de la vida misma, sin desentenderse de las
características, crisis y desafíos propios de nuestro tiempo, y esto
necesariamente implica las problemáticas de aprendizaje y el diseño de
estrategias para satisfacer las necesidades de los alumnos “problemáticos”,
“con trastornos”, “especiales”.
Es de esperarse que en los años por venir y dado el crecimiento y la aceptación
de estos nuevos modelos, estas experiencias logren contagiar con sus logros a
la escuela convencional, para que también pueda nutrirse y ampliar sus
perspectivas desde estas ricas vivencias.
Luis Eduardo Martínez
Fuentes:
-* Daniel Korinfeld/ Modos del
etiquetamiento y estigmatización sobre los niños y adolescentes en las
prácticas escolares. Puntuaciones sobre la película elegida para el
debate.
-*2 revista Cuadernos de Pedagogía nº 406
-Manifiesto No es Verdad: http://firgoa.usc.es/drupal/node/41302
-www.redires.net/
-Robert Redeker/ La crisis de la escuela,
¿es una crisis de sociedad o una crisis de (la) vida?
Conferencia de Barcelona, 18 de octubre de
2007.
-Entrevista a Richard Gerver/ Periódico La
Vanguardia/ 24/02/2011
-www.logosofia.org.ar/
www.inteligenciaemocional-portal.org
-www.pedagooogia3000.info
-www.proyectopv.org
- www.montessoriconnections.com
-http://educalibre.cl/
- http://logosofico.edu.uy
-Tribuna Logosófica
- Marisa Docampo y Mariana Raquel Paz/
Desde el Nivel Inicial hacia una nueva forma de encarar la vida.
Artículo publicado en Periódico El Cisne
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